jueves, 13 de agosto de 2009

¿Muerte o Olvido?


Existen muchos modos de matar a una persona y escapar sin culpa: es fácil deslizar una seta venenosa entre un plato de inofensivos hongos. Con los ancianos y los niños, fingir una confusión con los medicamentos no ofrece problemas. Se puede conseguir un coche y, tras atropellar a la víctima, darse a la fuga. Si se cuenta con tiempo y crueldad, es posible seducirla con engaños, asesinarla mediante puñal o bala en un lugar tranquilo, y deshacerse luego del cadáver. Cuando no se desean manchas en las manos propias, no hay más que salir a la calle y sobornar a alguien con menos escrúpulos y menos dinero.

Existen sofisticados métodos químicos, brujería, envenenamientos progresivos, palizas por sorpresa o falsos atracos que finalizan en tragedias.Existe también una forma antigua y sencilla: la expulsión de la persona odiada de la comunidad, el olvido de su nombre. Durante algún tiempo el recuerdo aún perdura,pero los días pasan y dejan una capa de polvo que ya no se levanta. Todo el pueblo se esfuerza en dejar atrás lo sucedido con los puños apretados y la voluntad decidida, y poco a poco, el nombre se pierde, los hechos se falsean y se alejan, hasta que,definitivamente, llega el olvido. Llega la muerte.Es fácil. Una vez habituados a él, el olvido resulta sencillo. La mente, que flaquea con la edad, ayuda a enterrar el pasado. A veces las puertas se abren y surgen los antiguos fantasmas. Otras, la mayoría, permanecen cerradas, y los muertos no regresan de la muerte, ni del olvido.


Melocotones Helados/ Espido Freire


Un libro altamente recomendable, con una introducción que me ha llevado a reflexionar porque si bien es cierto que las personas que me conocen saben sobre mi gran afición a la muerte y que por lo tanto siempre vivo hablando de ello de manera fría o desquiciada (para ustedes), siento la necesidad hoy de confesarles la verdad: ¡me aterroriza la muerte!, pero no aquella que dejará mi cuerpo sin aliento, acompañado por la marcha de un funeral quizás para algunos triste, sino la verdadera “la otra” aquella asesina silente que no vendrá acompañada por lágrimas y lamentos pues es la que realmente me borrará del recuerdo que me mantiene viva. "El olvido".

El recuerdo logra perpetuarnos en las mentes de aquellos en el que hemos dejado huellas imborrables. Es esa y no otra razón de mi creencia en la inmortalidad humana.


Naoto Hattori



De alguna manera espero ser inmortal


Nohemi Ramírez

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